Bueno, en primer lugar, cuando se encuentra frío el músculo, no es tan flexible y energético, lo que significa que está más propenso a dañarse y doler.
Sin embargo, en la mayoría de las personas esto se pasa una vez que se “ponen en movimiento”.
¿Pero qué ocurre si el frío provoca fatiga, problemas de equilibrio, debilidad muscular o dolores de cabeza?
Cuando esos síntomas empeoran con el frío, puede deberse a los cambios de presión atmosférica que preceden al cambio de tiempo. La mayor humedad, la menor presión atmosférica y los vientos fuertes se asocian a los dolores de cabeza (y a las migrañas) en muchas personas.
La causa aún no se conoce con certeza, pero al igual que la sensación de “congelación del cerebro” que tienen algunas personas cuando comen un helado, el aire frío podría estimular el nervio trigémino, responsable de las sensaciones cutáneas en la cara y el cuello (y la boca, de ahí la “congelación del cerebro” del helado). El frío hace que los vasos sanguíneos se contraigan, provocando el dolor de cabeza. Las personas con migraña pueden tener ya una mayor sensibilidad a los cambios sensoriales (calor/frío, luz/oscuridad, ruido/silencio, etc.) y también un umbral de dolor más bajo.
Maneras de evitar que el frío agrave tus dolores
- Intenta vestirte de más en lugar de hacerlo de menos, porque siempre puedes quitarte una capa si tienes demasiado calor.
- Para los que sufren dolores de cabeza, envuélvete el cuello con una bufanda.
- Haz un esfuerzo adicional para que las corrientes de aire de la casa estén selladas, ya que las personas pueden tener una mayor sensibilidad sensorial y, en consecuencia, sentir aún más los efectos de los cambios de temperatura.
- No te quedes mucho tiempo fuera en el frío. Aprovecha el tiempo en el exterior para estar tapado, y llega a casa a calentarte con una bebida caliente. Es simplemente lo mejor.
Otros consejos para el frío en músculos y articulaciones
- Programa la calefacción para que se encienda un par de horas antes de levantarte por la mañana y calienta el coche antes de salir para que los episodios dolorosos no aparezcan incluso antes de llegar al trabajo.
- Intenta mantenerte en movimiento en lugar de encogerte en el sofá, ya que esto genera calor y mejora la flexibilidad y el rango de movimiento de las articulaciones.
- Reconoce el impacto del frío en el dolor. Si hace concesiones y planifica con antelación, los meses de invierno le resultarán más tolerables que en el pasado.
Cómo aliviar el dolor cuando aparece
Si notas que el frío afecta a tus músculos y articulaciones, puedes probar a utilizar la terapia de calor para relajarlos y aliviarlos: un baño caliente, una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente.
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También puedes probar a frotarte gel de árnica en las articulaciones y los músculos doloridos de 2 a 4 veces al día para aliviar el dolor. Esto es genial, ya que puedes aplicarlo antes de salir y así aliviar el dolor mientras estás en el frío.
